Jóvenes valencianos, muchos de ellos con estudios superiores, toman el mando de negocios de proximidad, luchando así contra uno de los grandes problemas que enfrenta este sector

  En la era de las grandes superficies y de gigantes como Amazon o Shein, tomar el mando de un negocio de proximidad se erige como un reto. Si esa apuesta, además, se realiza cuando eres joven, el desafío sube de dificultad. Una complicación creciente que no ha disuadido a algunos de ellos, que han optado por tomar ese relevo generacional en la Comunitat Valenciana con un distintivo: el de coger las riendas –de un negocio familiar o abriendo uno nuevo– tras cursar unos estudios universitarios con los que aportan un «valor añadido». Así lo cree Ana Ferrer, quien desde hace una década se hace cargo del negocio que tenía su padre en Picassent, Rellotgeria Ferrer. Un camino que, no obstante, no fue el que eligió en un primer momento. Porque a él llego tras estudiar Publicidad y ejercer de ello en Barcelona durante diez años. Fue ahí, cuando acababa de entrar en la treintena, cuando «decidí cambiar mi vida de forma radical». «Se acercaba la época de jubilación de mi padre y quise volver y hacerme cargo del negocio», relata. Leer más: Levante EMV