Del éxito al colapso en cuestión de días: cuando un pequeño comercio se vuelve viral

Tres negocios en Madrid cuentan qué pasa cuando su local se convierte en lugar de peregrinación para miles de personas gracias a las redes sociales: “Primero las colas, luego las malas caras”

Todo empieza con un video corto en redes sociales. El título suele ser algo del estilo: “Probando el mejor [producto concreto] de Madrid”. Acompañado de una voz en off e imágenes de alguien con un buen número de seguidores disfrutando del manjar. Después un “me gusta”, otro, otro y otro. Mil visitas, cien mil, un millón. Los medios se hacen eco del fenómeno y todo el mundo reenvía la publicación a amigos y familiares. Tienen que ir a probarlo. Y van. Entonces, el pequeño comercio ―incluso puede llevar años en el mismo enclave― se convierte en destino de peregrinación para hordas de personas, que graban y cuelgan más fotos y videos. Es lo que les ha pasado a decenas de negocios en la capital, gracias, en parte, al boom de compartir planes y ofertas en internet. Tres de ellos cuentan qué pasa, más allá de la ilusión de darse a conocer y el éxito económico, cuando un local de barrio se vuelve viral en cuestión de días.

 

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