El diseño valenciano tiene su origen en la artesanía

Xavi Calvo. Adreçadors, aladrers, aluders, ballesters, bosseria, cadirers, cordellers, corretgeria, llibrers, roters… Suma y sigue hasta hacer que el de València sea el callejero de España con más nombres dedicados a profesiones tradicionales, con incluso una ruta guiada dedicada a los camins gremials, lo que recuerda que la ciudad ha vivido históricamente de la artesanía, un dato que ayuda a poder contar cómo el diseño valenciano surgió a partir de la industria manufacturera. Por no hablar de las Fallas o de las tradiciones musicales más arraigadas, elementos identitarios valencianos que tienen en su base ese mimo que la artesanía aporta a los procesos.

No es anecdótico. Porque en la Comunitat Valenciana ha sido históricamente la industria la que ha terminado por consolidar el diseño, ese es nuestro modelo, el tándem de sectores (textil, calzado, cerámica, mueble, juguete…) que se originan en la artesanía y mantienen gracias a esta un nivel de excelencia marcado por sus años de bagaje. Las empresas valencianas punteras en diseño e innovación vienen directamente de la artesanía o incluso siguen incorporándola en sus procesos industriales.

Quien tenga la suerte de entrar a uno de esos talleres que aún nos quedan podrá sumergirse con emoción en un pedazo vivo de historia que nos transporta al pasado, pero no nos vengamos arriba porque esto debería de ser una advertencia de que estamos dejando morir la artesanía, un mal que recorre todo el territorio nacional.

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