El formato físico sigue siendo atractivo, también para el ‘retail

Durante los últimos años, empresas, comercios y particulares han transformado sus rutinas y actividades cotidianas para adaptarse a las limitaciones impuestas por el contexto sanitario. En algunos sectores estas transformaciones, guiadas fundamentalmente por un componente digital a la hora de adaptar los distintos negocios, se han consolidado como la nueva normalidad, pero en otros las aguas están volviendo a su cauce en algunos aspectos. El mejor ejemplo de ello es el retail.

Aunque no cabe duda de que la pandemia aceleró la digitalización de la sociedad, también ha puesto de manifiesto la necesidad de que los retailers cuenten con una estrategia flexible que se adapte a los cambios en las demandas y preferencias de los consumidores que, aunque consulten en Internet, vuelven a inclinarse hacia la compra en espacios físicos.

La penetración del comercio online en España, que se duplicó entre 2020 y 2022, ha comenzado un proceso de ralentización: cerró el año 2022 en un 7,1%; una cifra inferior a la registrada en años anteriores. En contraposición a esto, las tendencias de consumo vuelven a dirigirse hacia el comercio presencial gracias, entre otros factores, a la dinamización de los flujos turísticos y la desaparición de restricciones de aforo.

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